La realidad nos supera. La dureza de los hechos nos aplasta. Hoy, las noticias nos golpean otra vez en la cara como antes, como siempre, y nos toca poner la otra mejilla como la hemos puesto por los siglos de los siglos.
Quizás, a pesar de ser la víspera del
Argentina-Colombia
, de ser el día después de la mitad de los cuadrangulares semifinales de la
Liga
, no debería ser día para hablar de fútbol, ni de los cambios en la
Selección
, ni de la pelea de un jugador contra el técnico, ni de los desmentidos y contradichos, ni de los ‘pactos de silencio’, ni de las groserías contra un entrenador que tiene el agua al cuello contra la prensa ni de las decisiones arbitrales y las polémicas en las que todos parecemos que nos jugáramos el honor, la reputación, la credibilidad y el ego.
Luis Suárez.
Foto:
Vanexa Romero/ El Tiempo
Los desafíos en Colombia son otros
El fútbol, con su enorme magia y su inmensa pasión, tampoco merece ser tratado como una simple herramienta distractora de lo que cada día es más sombrío. Pero somos un país que ha vivido las peores tormentas y las repite. Las noticias de un hombre público, de un político baleado por sus ideas, de su familia destruida, de una sociedad que permite que sus niños sean asesinos, de una comunidad que quedó en ruinas por un sismo, nos abren nuestras viejas y nuevas heridas que son las mismas.
La cancha, entonces, se vuelve un escenario pequeño ante la magnitud de las tragedias que nos azotan. La política, la violencia, la desigualdad, los desastres naturales, esos son los verdaderas desafíos que enfrentamos.
Hoy, como ayer, el fútbol con su misma enorme magia y su misma inmensa pasión aparece y nos repite el país de antes, el país de ahora. Dos días después del magnicidio de
Luis Carlos Galán
en 1989, la
Selección Colombia
jugó un partido de eliminatoria. Esa vez, contra
Ecuador
, en Barranquilla. En las tribunas repletas del
Metropolitano
la gente gritó: “¡Justicia, justicia, justicia!”.
Pasó hace casi 36 años, tiempo en el que en este país ha pasado por las más malas y las peores. Y este martes, la
Selección Colombia
juega contra la de
Argentina
, tres días después del atentado contra
Miguel Uribe...
Ambulancia que trasladó a Miguel Uribe.
Foto:
César Melgarejo/ El Tiempo @melgarejocesarnew
Antecedente en la Selección
El fútbol es un espejo de la realidad y no tiene la culpa de lo que refleja. En 1998, en pleno Mundial de Francia,
Faustino ‘Tino’ Asprilla
fue retirado de la
Selección
porque se puso a pelear con el técnico
Hernán ‘Bolillo’ Gómez
, que lo sacó en el partido que se perdió contra
Rumania
1-0. La cuota inicial de la eliminación en la primera ronda.
Ocurrió hace 27 años, tiempo en el que la
Selección Colombia
pasó por las peores y por las mejores, y ahora
Jhon Jáder Durán
, el niño terrible de nuestro fútbol, se puso a pelear con el técnico
Néstor Lorenzo
porque lo sacó del partido 0-0 contra
Perú
y fue desconvocado oficialmente por “molestias físicas”, cuando la verdad es que lo sacaron por “física molestia”, como bien lo dijo el colega
Nicolás Samper.
Jhon Durán
Foto:
AFP
Este país es un bucle, una repetición infinita de duras tragedias que nos hacen pensar que hay momentos, como hoy, en los que no importa el fútbol porque nuestra verdadera victoria como país será cuando podamos mirarnos a los ojos y sentir que, a pesar de todo, conseguiremos con nuestra esperanza un mañana mejor.